La azotea

dentro de la pista de baile no se podía percatar de los rayos de sol (ya que no tenia ventanas y si las tenia, estaban pintadas de negro)
Luccio se lo paso caminando de un lugar a otro esperando que algo ocurriera mientras el cansancio agobiaba su cuerpo ( las ojeras ya eran perceptibles). Haciendo caso a su cansancio se sentó en una de las sillas con respaldo y dejo caer su cabeza hacia atrás. cuando una idea cruzo su mente y lo hizo levantarse de un golpe llamando la atención de los que estaban cerca.
-¡claro la azotea!-
Luccio recordó que el bar tenia una azotea poco utilizada en donde solían dejar las cajas o sillas que no ce usaban.
La entrada Estaba por la bodega donde guardaban las bebidas. Una estrecha escotilla conducía a el.

Al llegar a la azotea se podían ver las calles devastadas con cuerpos por todas partes. Luccio se paso un tiempo boca abierta viendo las columnas de humo a lo lejos...
-¡vengan!-

Había dejado aquella sala para ir al lavabo, observando que habían terminado con la pequeña revuelta que se había formado. Trás salir del cuarto de baño, observó una puerta, que subía en un pequeño pasillo angosto. Desde ahí pudo escuchar la voz de Luccio. ¿Que andaba haciendo por allá? Suspiró, avanzando para ir a buscarle, llegando a lo alto donde se encontraba la azotea. Ahi pudo verle. Luccio, deberías acomparnos para organizarnos y... Sus palabras se vieron interrumpidas por una sensación escalofriante que recorrió su cuerpo. Parpadeó unos instantes, intentando - o creyendo de forma inocente- que al abrir sus ojos nuevamente encontraría otra imagen que no fuera desalentadora.

Avanzó a paso torpe, quedando al borde de la azotea observando el terrorifico paisaje abajo. Humo, autos chocados, sangre, personas... que ya no eran personas... A lo lejos gritos... Los ojos de la mujer se cerraron... Luccio... ¿Es una pesadilla? Preguntó con suavidad... tan solo nesesitaba escuchar que si lo era.

en lo mas hondo de su ser, Luccio deseaba responder que no; todo esto era un mal sueño. pero no podía.
El simplemente agacho la cabeza luego miro a Odeth y en un intento de subir la moral dijo sonriente - Ojala - como si se tratara de una broma.

Luego mirando nuevamente al lúgubre horizonte, abrió su chaqueta y saco una cajetilla de cigarrillos, ofreciendo uno a Odeth [si es recibido se lo encenderá ], luego encendiendo el suyo se queda otro momento contemplando la escena.

Se hubo quedado un tiempo más observando el lugar, la "gloriosa escena" casi salida de una pesadilla macabra. Al escuchar la respuesta de Luccio, la mujer sintió culpa, la pregunta había sido totalmente desmotivadora. Observó a la joven, indicandole con su mano extendida y con una sonrisa suave que se acercara.

Aceptó con agrado el cilindro vicioso, inclinandose un poco para encenderlo y aspirando el humo como si fuese una rafaga tóxica de tranquilidad en su cuero. Suspiro suavemente y dijo de una forma alegre. Si, es una pesadilla. Una de la cual despertaremos todos y reíremos juntos por haber compartido un sueño. Una risilla murió en la nueva bocanada al cigarrillo, mientras la mano libre afirmó sus cabellos que se desordenaban por la brisa.

Las palabras de Odeth causaron una reconfortante atmósfera, que lograron una sonrisa en la cara de Luccio, pero las palabras de Evelyn aterrizaron la situación.
-bueno... sera mejor comenzar a movernos-

Acercándose a un costado de la azotea, comenzó a inspeccionar el callejón, en el que esta la salida de empleados.
habían allí dos cadáveres; uno equilibrándose con una pared y el otro en el suelo, con los cesos regados en la pared cerca de la entrada de empleados, cubría con sus brazos un maletín muy familiar; era el que había robado Luccio la noche anterior.
Luego se dirigió al frontis, y observo como al menos 8 seres se movían aletargados y torpes, algunos muy lastimados, atrapados en autos o desmembrados, otros arrastrándose por el suelo sin rumbo.
inclinándose un poco mas a la puerta principal podía divisarse una pila de muertos, que tapaba la salida, entre los cuales se encontraba el dueño del pub y traficante.
-¡guau! que tenemos aquí ... parece que no podremos salir por el frente.

-¿alguna idea de que hacer ahora?-

Al vera Luccio acercarse a un costado de la azotea, la mujer caminó hacia el otro extremo. Siempre habría forma de salir del edificio y presisamente ese era el problema.. estar afuera. Por su lado pudo ver la extensión de la calle, seres torpes caminando, charcos de sangre, automoviles volcados. Dejó que el cigarrillo se apretase entre sus labios, dando una aspirada larga antes de que el humo escapara con gracia entre los delicados labios.

Al escuchar la pregunta del hombre la mujer alzó su voz, sin mirar a ninguno, solo alzando su cuerpo y encaramandose en el barandal, donde se sentó, con sus pies colgando hacia las afueras del local. Clubes nocturnos, bares, discoteques, todos al menos poseen tres entradas... o salidas de emergencia en caso de incendios o inclemencias naturales. La entrada principal esta inutilizable... tenemos una en la parte de atras que no se ha revisado... no se si habra una tercera... de no ser asi... tendremos que armarnos de valor y saltar desde las ventanas... seria una buena idea buscar cuerdas.

Arregló su cabello, con calma... intentaba mantenerse serena ante todo. Metió su mano en el bolsillo, sacando una moneda y tras dar una vista abajo, lanzo esta con fuerza, afirmando su cuerpo en las rejas para no caer. La moneda hizo su efecto, impactando contra los vidios de un automovil estacionado, dado la velocidad, rompiendo este y provocando un ruido casi tetrico. Su sorpresa fue ver a los seres acercarse al automovil.... todos habían asistido al suceso. Reaccionan al sonido... como en las peliculas...

[Evelyn; ¿que es lo que hay en la mochila? ]

Luccio no acostumbraba a ver películas de ciencia ficción y no conocía mucho sobre películas de zombis. pero logro captar el comentario de Odeth.
-Eso nos dará mas oportunidades.- susurro Luccio.

-mmmmmmm... supongo que si puedo llegar a uno de esos autos, puedo arrancarlo, activar la alarma y alejar a esas cosas de aquí, así les dejaría el camino libre para traer provisiones.-

[off: Si, que hay en tu mochila? muero de curiosidad hace rato x3]

Acoplándose a las palabras de la fémina, la mujer de hebras azabaches pensó unos momentos. Todo era curioso, porque a ratos, las cosas parecían darse muy bien. Dió un largo suspiro y observó hacia los lados, la azotea mantenía ciertas cosas que no eran mas que chatarra para el local. Provisiones, todo lo que sirva para defendernos.. sus municiones no durarán siempre. Nesesitamos cuerdas... y todo aquello que pueda ayudarnos a mantener este lugar bien cercado.

Yo... se detuvo un momento, llevando su mano a su rostro y rascando su mejilla Saldré pronto de aquí.. Sé el peligro que se corre afuera, pero en casa tengo cosas que pueden servir.. No está tan lejos asi que iré por ellas. Ademas... sonrio suave, enterneciendo su rostro quizás el este en casa... Aquel con quien no había podido comunicar, talvez pensaran lo mismo y le encontrase en casa, esperando su regreso. Debía salir de esa duda.

Luccio se acomodo su vendaje y tomando cuidadosamente la colilla que tenia en la boca la alejo de su cara y la dejo caer al suelo.
-es demasiado peligroso salir por ahí solos, pero ... en fin tenemos que sobrevivir... ¡a! y también creo que deberíamos estar devuelta antes del anochecer-

Con paso veloz se dirige a la escalera;
-Bueno ,
sera mejor que se preparen y pidan ayuda, nos reuniremos en una hora para salir-
luego bajo las escaleras con su mano levantada como despedida.

Ciertamente era peligroso, al menos Luccio, que estaría mayormente expuesto estaría siendo cubierto por la joven a su lado. Había observado dentro de la mochila ¿Que clase de mujer era ella que cargaba con tantas armas? Antes del anochecer Repitió las palabras del hombre, estando de acuerdo. Entonces le vió partir, observandole fijamente y llevando su diestra a su pecho. Partir en un hora, luego de eso... quizas no volvería a verle... a ninguno. Era un riesgo que debía correrse, una nueva forma de vivir.

¿Como es posible que cargues con eso sin ser revisada en la entrada? preguntó con curiosidad a Muriko, despues de todo eran revisados en la entrada del local y algun guardia habria hecho un escandalo por tanto armamento. Es más, no le hubiesen dejado entrar. Ella solo llevaría su cuchillo, no nesesitaba mas, tampoco en sus planes estaba pelear, pero de hacerlo, debía ser lo más silenciosa posible. Aunque su expresión no lo demostrase, estaba aterrada.

desde la escalera Lucio escucho la pregunta, la respuesta era obvia;
-descabellado- dijo en voz baja.
luego continuo su camino al baño donde limpiaría sus armas y contaría las municiones, vería si es capas de usar su otro brazo que fue herido la noche anterior.
mientras hacia esto, solitario pensaba en el maletín que había robado para aquel hombre que yacía muerto cerca de la salida de empleados.

Luccio... siempre es dificil de predecir dijo con una suave sonrisa, encogiendose de hombros. Se volteó suavemente, observando como desaparecía en la escalera. Dio un pequeño paso... en una hora más, quizás sería la despedida... y ya no volvería a verles.. eso no debería doler, pero....

Negó con su cabeza, intentando acallar a su mente un momento. No, ella tenía que salir, tenía algo que cumplir. Tambien bajaré, buscaré las entradas. Dijo con animo y luego extendió su mano hacia la joven Eres una chica muy preparada, mejor de lo que yo podría llegar a ser. Intentaré llegar a la hora, pero si no llego.. ha sido un placer conocerte. Te encargo a ese chico impulsivo Dijo apuntando al lugar donde había bajado Luccio. Tras apretar su mano, caminaría hasta las escaleras y bajaría rápidamente, desapareciendo de la vista de la joven, solo para detenerse a la mitad de la escalera y dar un fuerte suspiro.